martes, abril 27, 2004

Coños

mpilberg@hotmail.com

Ayer leí poemas escritos en latín hace más de dos mil años, y comprendí (aprehendí) que el hombre no ha cambiado.

Los mismos temas, distintas ropas, podría decirse: deseo, poder, envidia, ambición...

Por mucho que la publicidad se esfuerce en hacerme pensar que hay algo así como un nuevo hombre, procupado por nuevos temas, sé que es más de lo mismo. Hace dos mil años (el siglo pasado, hace cincuenta años), los coños olían y sabían a coño. Hoy para recordar como huele un coño tenemos que pasar por las puertas de una pescadería, y decimos, asqueados: "¡Qué olor a concha!"

Fui educado para mirar. Soy el espectador. nada de grandes coños salvajes, capaces de triturar tu pija, nada de aventuras. La vida se observa, no se hace. Es el siglo más aburrido que pueda concebir.

1 comentario:

Nacho dijo...

muy buena reflexion