viernes, febrero 29, 2008

Por qué me decepcionó Soy Leyenda, la película

Atención: si no leíste el libro ni viste la película, no sigas leyendo: se habla explícitamente de la trama de la obra y de su final. No digas que no te avisé.



Te doy otra oportunidad... no sigas leyendo porque te voy a contar el final de la película y del libro...



Okey, yo haría lo mismo que vos, pero en serio, e
l libro vale la pena leerlo, no que te lo cuenten. Lo podés bajar de este blog (en breve), leerlo y después leer este post, fijate en la sección bajar libros... no seas loco...



Okey, va fangulo, jodete. Empieza el post.


Por qué me decepcionó Soy Leyenda, la película

"En aquellos días nublados, Robert Neville no sabía con certeza cuándo se pondría el sol, y a veces ellos ya ocupaban las calles antes de que él regresara. Durante toda su vida, la hora del crepúsculo estaba relacionada con el aspecto del cielo, y por lo general, prefería no ale­jarse demasiado."

Así empieza Richard Matheson su novela Soy Leyenda, de 1954. Básicamente, la novela se plantea quién es verdad el monstruo.

En un mundo donde los vampiros han sojuzgado a la humanidad, Neville es tal vez el último ser humano. Él no lo sabe con certeza, pero todo indica que nadie más que él ha sobrevivido. Así, pasa su vida como sobreviviente: por las noches, se encierra en su casa devenida en bunker, durante el día se ocupa en proveerse de víveres, reforzar la seguridad de su vivienda y, en sus ratos libres, la emprende contra los vampiros, cazándolos mientras duermen. Ya desde este momento, la película difiere por completo: casa en pueblo del libro, vs gran ciudad (que es más impactante visualmente, viste); vampiros lentos y torpes vs zombies-vampiros más rápidos y fuertes, etcétera. Bueno, y así, hasta que cae en una trampa. No importa mencionar aquí qué trampa, lo importante es que cae en ella, y que pasar de cazador a cazado le permite verse a sí mismo desde una nueva perspectiva, bajo la cual las cosas se le aparecen muy diferentes.

En realidad sí importa ese caer en una trampa: en el libro, Neville cae víctima de su propia buena voluntad, tratando de ayudar a una mujer que él cree igual a él, es decir, una no-vampiro. Bien, sucede que los vampiros han comenzado a evolucionar, por así decirlo, y se muestran capaces de elaborar formas básicas de socialización. Lo cual supone, en primer lugar, ante todo, el reconocimiento de intereses en común: nos aliamos, nos juntamos, vivimos juntos, para conseguir estar todos un poco mejor, nos socializamos porque nos conviene indivualmente. Como decíamos, la muchacha es en verdad una vampiro que lo entrega, de pies y manos, a los suyos.

En la película, en cambio, Neville encuentra a una joven mujer acompañada de su hijo, humanos sanos ambos, que le vienen con la loca idea de que hay un último lugar en el cual los zombies no han logrado penetrar. Incrédulo, Neville se resiste a aceptarlo, pero claro, sobre el final de la película lo admite, y siendo como es un héroe militar estadounidense, se inviste del papel de héroe. Que ya lo era, pienso, pero un héroe de distinta clase. Antes era un looser, las cosas le sucedían y él lidiaba con ellas (upss, como la mayoría de nosotros, glup), pero cuando decide tomar su destino en sus manos, pasa a ser un winner. Claro, este mismo pensamiento puesto en palabras difíciles suena mucho mejor, che.

¿Dónde estábamos...? Sí, que en la peli, a Neville lo atrapan los vampiros mientras él busca una vacuna contra los zombies (que por cierto está en su propia sangre, je, qué original), y
ahí lo encierran a él y a la mujer y el pibe, y los zombies son feos y re fuertes y se lo quieren morfar ahí nomás. Entonces agarra una granada y mete a la chica y el pibe en una especie de caja fuerte y claro, porque es un héroe,, justo cuando están por agarrarlos los zombies, es él el que se arroja contra ellos haciendo explotar la granada y volando en mil pedazos. Si terminara ahí, bueno, ponele que preferiría eso, pero no, el director insiste en mostrar las consecuencias de ese acto de estúpido heroísmo, y nos muestra a la joven que llega al fuerte donde se mantiene a raya a los zombies, llega con el chico y la vacuna y colorín colorado, termina la movie, no sin que antes nos aclaren porqué se llama Soy Leyenda: parece que Neville es Leyenda porque se sacrificó por la "humanidad", un concepto vago que sabemos que Hollywood aplicva a los "americanos", que sabemos que Hollywood aplica a los "estadounidenses", que me animo a saber que Hollywood aplica a los estadounidenses con poder de consumo, integrados al american way of life. ¿Suena a retórica setentista esa última frase, o me parece a mí?

Uff, me perdí de nuevo. Así no hay caso, ¿quién te va a leer? Ah. Ok, en el libro, en cambio, es Neville quien comprende, sobre el final, que él es... No, mejor léanlo de nuevo por ustedes mismos (digo léanlo de nuevo porque supongo que nadie que no lo haya leído habrá desoído mi consejo inicial):


"Y comprendió la expresión que reflejaban aquellos rostros: angus­tia, miedo, horror. Le tenían miedo. Ellos le veían como un monstruo terrible y desconocido, de una malignidad más odiosa que la de la plaga. Un espectro invisible que como prueba de su existencia sem­braba el suelo con los cadáveres desangrados, de sus seres queridos. Y Neville los comprendió, y dejó de odiarlos. La mano derecha apretó el paquetito de píldoras. Por lo menos el fin no sería violento, por lo menos no habría una carnicería...

Neville observó a los nuevos habitantes de la tierra. No era uno de ellos. Semejante a los vampiros, era un anatema y un terror oscuro que debían eliminar y destruir. Y de pronto nació la nueva idea, divir­tiéndolo, a pesar del dolor.

Tosió carraspeando. Se dio vuelta y se apoyó en la pared mientras se tomaba las pildoras. Se estrecha el círculo. Un nuevo terror nacido de la muerte, una nueva superstición que invade la fortaleza del tiempo.

Soy leyenda."


Por eso me decepcionó la película. En general, una adaptación, pero en particular, el final, una deformación.

Pero a joderse, porque antes verla, me dijeron: "Si leíste el libro, no veas la película".

Y me volvieron a decir: "Si te gustó el libro, en serio, no veas la peli".

Y como yo insistiera, volvieron a repetirme: "Flaco, qué necesidad tenés de amargarte, hay un 85 por ciento de probabilidades de que la película sea una garcha, es inversamente proporcional a la calidad del libro".

Y bueno, ¿qué otra cosa podía hacer? Agarré y... me la , nomás.

Capo, Matheson, y no digo más nada porque me cansé de tipear y me duelen los dedos, y aparte amanece y tengo que salir a poner vampiros.