jueves, mayo 06, 2004

Nietzsche

He vivido ya muchas cosas, alegres y tristes, agradables y desagradables, pero se que en todas ellas Dios me ha guiado con la misma seguridad que un padre a su tierno hijito. Aunque me haya impuesto mucho sufrimiento, reconozco con veneración su poder y su majestad sobre todas las cosas. He tomado la firme determinación de dedicarme para siempre a su servicio. Quiera el Señor darme fuerza para llevar a cabo mi propósito y quiera ampararme en el camino de mi vida. Con confianza infantil me entrego a su misericordia: que Él nos ampare y nos libre de desgracias, pero ¡hágase su Santa Voluntad! Todo lo que Él me asigne quiero aceptarlo con alegría: buena o mala suerte, pobreza y riqueza, y también, mirar valientemente a los ojos de la muerte, la cual un día ha de igualarnos a todos en el contento y la placidez eternas. ¡Señor, deja que tu semblante nos ilumine por toda la eternidad! ¡¡Amén!!
Con esto he terminado mi primer cuaderno, que contemplo con satisfacción. Lo he escrito sin cansancio alguno y con gran alegría. Es algo magnífico guiar más tarde a nuestro espíritu por los primeros años de nuestra vida y penetrar así en el desarrollo de su educación. He relatado fielmente la verdad, sin fabulación o adorno poético alguno. Que de vez en cuando haya añadido algo, o que aún añada algo más, debe perdonárseme debido a lo extenso de la empresa. ¡Ojalá pueda todavía escribir muchos más libritos como éste!

La vida es un espejo.
Reconocernos en él,
Es lo primero
A lo que aspiramos.

(Extraído de De mi vida)


Así escribía Nietzsche, a mediados de 1858, cuando tenía 14 años. Que tan tiernamente hablara el hombre que más tarde anunciaría "Dios ha muerto" no hace otra cosa que dar muestras del profundo compromiso intelectual que mantuvo en su adultez.

Mi romance con Nietzche, a quien aún no comprendo, nació la primera vez que lo leí. Creo que fue Zarathustra. Lo primero que me impactó fue la tremenda potencia de su prosa: filosofó a martillazos para quebrar en mil pedazos toda una concepción de la moral humana. Sobre Nietzche se ha dicho mucho y mal, la mayoría de las veces como fruto de la prisa y la soberbia intelectual. Volveré sobre el tema con más tiempo.

No hay comentarios.: