Posibilidad uno
"Si alguien entra, alguien sale", dice Papá sonriendo desde la puerta, como cada mañana. Como cada mañana, Paco se monta sobre el cuerpo de su madre y se dedica a fornicarlo, mientras Papá prepara el desayuno. Luego de la tímida, electrizante eyaculación, Paco se higieniza el pene flaco y largo, embadurnado por los jugos de su madre. En el living, Papá le plancha la camisa.
"Si alguien entra, alguien sale", lo despide Papá sonriente, como cada mañana. Lleva un nudo en la corbata, Paco, en flor a la moda. Sus dientes relucientes, tal vez un poco demasiado. Peinado al costado, goteando aún. Sus trece años explotan semen y hormonas, todo el tiempo, mientras camina la fría mañana de junio. Mira las firmes piernas de las colegialas, cubiertas por suaves medibachas color piel. Piensa en los senos de su madre. En su mirada materna, en su boca anhelante, abierta, cada mañana, jadeando sobre su cuerpo cálido. Una nube de vapor se disuelve en el aire frío de la mañana. Un pene adolescente se yergue desafiando el invierno.
Papá lava amorosamente el cuerpo de su esposa. Ella mantiene las piernas apretedas para retener el semen que se agita en su interior. Papá anhela este momento de intimidad, que se repite cada mañana. Abraza a Mamá y la besa con devoción. Se abrazan y se quedan dormidos. Sueñan que por fin ella queda embarazada. Por cuarta vez, todo un logro a sus 52 años. En el sueño se les aparece Toni, montando un caballo como la montaba a ella, con toda la violencia de sus precoces once años. Sus ojos lo miran a Papá con rencor, desde el fondo de su rostro violáceo. Pero sonríe al ver a Mamita. Y le dice: "Alguien entró, Mami, alguien entró..."
Papá y Mamá se despiertan y se miran incrédulos. "¿Vos también lo viste?", al mismo tiempo. No pierden tiempo: hacen el test: da positivo. Se abrazan. Lloran. Bendito tiempo en el que vivimos, murmura Papito, mientras levanta el teléfono y disca el número.
"¿Oficina de control de la natalidad? Quisiera reportar una llegada y solicitar permiso para una partida. Envío número del test: 0400.6655.7474.1818. Recibo número de aprobación, 7189.4737.2828/734. Perfecto, sí, sí, lo adoso al cuerpo, perfecto. Muy bien, ¡buenos días y mil gracias!"
Después Papito llama al colegio. No puede reprimir una sonrisa mientras solicita que dejen salir antes de hora a su hijo. Mamá lo mira frunciendo el seño. Exagera su enojo. También ella está ansiosa por sentir de nuevo el cuerpo de su marido. Quiere una pija más grande, así de simple, y sentir más fuerza.
De todas formas, se dice, extrañará la dulzura de Paco.
Libros para que te bajes
viernes, mayo 07, 2004
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